En función del estado de ánimo en el que nos encontremos vamos a hacer la proyección al mundo relacional.
Discusiones sin sentido: se suelen dar en un momento de impulsividad, no sé sabe muy bien a cuento de qué viene y sin embargo sucede. Se dan en situaciones y lugares que tampoco vienen al caso. Se limitan a arremeter contra el que se tiene enfrente. Por supuesto no resuelven nada. Finalmente se suele reconocer que ha sido algo estúpido y se suelen pasar rápido, eso sí, si no permites que el resentimiento se abra paso.
Discusiones de escalada: son discusiones por el poder, a ver quién puede más, lo único que se quiere es ganar, da igual el motivo, lo que se pretende sencillamente es llevar la razón, uno se centra en su propia versión, y lo que se intenta es pillar al otro en sus errores. En realidad no se escucha a la otra parte, porque uno se cree en posesión de la razón y además quiere que el otro se la dé, y que diga lo siento.
Discusiones operativas: son aquellas en las que se da una productividad, un resultado, la dificultad es un obstáculo que se desea superar de la mano. Las dos personas quieren comprender, y la resolución de la misma es un paso saludable en la relación. Generalmente las dos persona acuerdan cambiar aspectos de comportamiento y ponen toda la atención y la intención en ello.
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