A veces sentimos que alguien nos hace gracia, que estamos bien compartiendo, que quieres seguir conociendo algo más a esa persona, y sin embargo no hay claridad total, te mueves entre el deseo y la duda.
Si te ves en esta tesitura, fíjate en el siguiente ciclo, que tiene que ver con cómo sucede el amor.
Chispa: sientes interés, esa persona te atrae, y ves si de forma espontánea o más pensada quieres dedicar tiempo y esfuerzo en función de esas sensaciones. En esta fase de atracción, juega un papel importante lo físico, otra cosa es mantener una relación.
Soñar despierto: esa chispa se amplía, y piensas que podría encajar contigo, sueñas con cómo sería tener una relación con esa persona, y si solo sueñas no estás en la realidad.
Falsas expectativas: en esta etapa, hay un listado de las cualidades que nos encantaría que tuviera la otra persona, y tienes que poner atención porque a veces puede que no seas realista, y lo primero que hay que tener en cuenta es que la persona ya viene con una mochila, al igual que tú tienes la tuya.
Expectativas realistas: para ir conociendo a la otra persona se van dando ritmos y rutinas, esto hace que la relación sea auténtica, si las dos personas buscan lo mismo.
Crecer y cuidar: la relación va avanzando y surgen diferencias, entonces es el momento de cuidar, y resolver estos desacuerdos va a requerir un esfuerzo, el amor entre otras cosas significas que valores al que tienes enfrente para afrontar los aspectos delicados.
Confiar: la confianza se va dando en lo cotidiano, mediante los pensamientos, las palabras y las acciones. El compartir y el comunicar de manera sincera.
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