Hola a todos y a todas.
Ya llegó septiembre y es la hora de afrontar todos esos cambios con los que nos hemos comprometido, aunque a nuestra mente traicionera le cueste romper con hábitos, personas, rutinas, y se acomode a estar de una manera en la vida, que no siempre nos llena del todo.
A la mente humana, le cuesta cambiar, es resistente al cambio. Tenemos nuestra forma de ver las cosas y vivimos enfrascados en un diálogo interior interminable, en el que se mezclan las intenciones, los motivos, las emociones y las expectativas de todo tipo.
La mayoría de las personas mostramos una gran resistencia al cambio. Preferimos lo conocido a lo desconocido, puesto que esto genera incomodidad y estrés. El cambio supone pasar de un estado a otro, lo cual hace que inevitablemente el sistema se desorganice para volver a organizarse luego asumiendo otra estructura.
Nos sentimos incómodos ante pequeñas circunstancias, como estrenar unos nuevos zapatos, sentarnos en lugares distinto del nuestro, cambiar de lado de la cama, y un sinfín de pequeños detalles.
Si ante estas pequeñeces, nos sentimos incómodos, nuestra mente se revoluciona, cuando se producen grandes cambios, cambio de ciudad, de trabajo, de estado civil, pasar en la familia de dos a tres…
Esto es debido, a que el cambio conlleva que desechemos durante un tiempo, las señales de seguridad de los antiguos esquemas que no han acompañado durante años, para adoptar otros comportamientos con los que no estamos tan familiarizados, ni nos generan tanta confianza.
Cuando nos movemos entre la curiosidad que nos producen las novedades y a la vez el miedo que nos provocan esas mismas novedades, sentimos una intensa angustia.
Como podemos llevar a cabo la ruptura con lo que nos ata:
– Lentamente, desapegándonos de todo lo conocido.
– De manera rápida, lo cual implica aceptar lo peor que podría ocurrir, en el sentido de soltarse, saltar al vacío.
Independientemente de la manera en la que se lleve la ruptura, lo importante es que aprovechemos la nueva circunstancia, nos revisemos a fondo, y tanto si son pequeñas cuestiones, como si son cuestiones más serias, hagamos todo lo posible, para que sintamos calma, aunque esta llegue tras el período de desasosiego, que produce en nuestra mente todo cambio.
¿Qué tal con el tema de los cambios? ¿Sois de cambiar progresivamente, o hasta aquí llegó? ¿Vuestra mente se revela?
Saludos a todas y a todos!
Julia Rodríguez
653 93 40 50
José padin says
Hola JULIA
Soy José desde Alemania
He leído tu artículo y me parece muy acertado y coerente con lo que produce los cambios
Yo estoy en ese proceso y me he sentido muy indentificado con lo que explicas
También aprovechó para saludarte desde Alemania
Un fuerte abrazo
José
Julia Rodríguez Psicología says
Hola José, me alegro de que te haya gustado, los procesos de cambio siempre se afrontan con cierto temor.
Aprovecho para enviarte todo el ánimo, seguro que puedes con ello.
Un saludo!
Julia Rodríguez Psicología says
La mayoría de las veces, cuando vemos esos temores con la perspectiva del tiempo, nos damos cuenta de que no eran para tanto.
Saludos.