Lo físico y lo emocional van relacionado, cuando el cuerpo duele, refleja, que en tu vida está ocurre algo, que también duele.
Nuestro cuerpo muestra todo lo que nos ha pasado, y la manera que tenemos de interpretar lo que nos acontece. Las narrativas que elaboramos en nuestra cabeza, crean la realidad, y así nos aliviamos o enfermamos, y poco a poco nuestro cuerpo va estructurándose de una manera determinada.
- La mirada, puede manifestar tristeza, aunque en tus labios haya una sonrisa.
- Hay columnas que se arquean hacia adelante, para proteger un corazón roto.
- El estómago refleja el enfado, la ansiedad, lo que no se digiere.
- Caderas estrechas o frágiles, que no pueden más con el peso de lo cotidiano.
- Pieles que reflejan dificultades con el contacto.
- Gargantas que se quedan afónicas, porque no han gritado cuando debían.
El cuerpo habla de las personas, y en el cuerpo se manifiestan los pensamientos, los hábitos, emociones y decisiones.
Desde ahí puedes empezar cambiar, la película que te cuentas de lo que acontece, y tu cuerpo, poco a poco irá cambiando:
- Una mirada alegre
- Una espalda recta
- Un estómago sin dolor
- Caderas fuertes
- Piel saludable
- Garganta que expresa
Si tu cuerpo te habla del dolor de tu vida, empieza a escuchar, no te anestesies. Toma consciencia, háblate, aliméntate de manera correcta, descansa y ajusta tu relación contigo mismo en primer lugar y con los demás.
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