Cuánta tendencia a la culpa o al resentimiento y cuanto daño te haces y haces con esta cuestión.
La culpa requiere de un trabajo interno en el que tú ahondas sobre algo que pasó, algo que hiciste o algo que dijiste y lo traes una y otra vez a tu mente, de tal manera que una acción casi la conviertes en tu identidad.
El resentimiento también conecta con algo que sucedió en el pasado, algo que alguien te dijo o te hizo, incluso aunque esa situación ya no exista, o ese alguien ya no esté en tu vida, si estimulas tu memoria, mantienes viva la situación. No te das cuenta que la vida fluye, las personas cambian, y las situaciones también. Sin embargo, tú te has estancado, pasando por tu mente y tu emocionalidad una y otra vez la misma película que probablemente ya estará distorsionada, por todas la veces que las repetido.
Debido a esto, que has repetido tantas veces, digamos la escena fea de la película, no das valor al resto de aspectos y escenas bonitas que sí viviste con esa persona.
Tanto en la culpa como en el resentimiento, quitas todas las demás cosas y te apegas a la memoria dolorosa, descartando todo lo que no cabe en la historia que te has contado.
Cuando realizas una acción dañina y luego reconoces que es un error, que quieres cambiar, te permite ir hacia algo constructivo, sin embargo, si te quedas en la culpa, te impides crecer y corregir esos errores. La culpa te marca como si fueras defectuoso, y eso es contraproducente.
Tanto en la culpa como en el resentimiento, se reconoce que un error es un error y eso no se hace expansivo, es importante buscar las cosas positivas que sí hiciste.
Lo importante es mirar la acción no como una entidad en sí, sino como algo puntual que sucedió, analizar y ver qué puedes hacer para que no vuelva a suceder.
Hay un reconocimiento y ves qué puedes hacer, has tomado un veneno llamado culpa o resentimiento, y es necesario que tomes el antídoto, no es negar lo que pasó sino ver que puedes hacer do otra manera distinta.
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