El otro día comentaba con una amiga si la gente se quiere más de lo que se necesita, o se necesita más de lo que se quiere. Es decir, si de verdad estamos con nuestra pareja como consecuencia de un enamoramiento sincero. Y casi sin darnos cuenta entramos en el tema de la dependencia emocional, aquella que nos hace estar unidos a nuestra pareja, casi sin quererlo de manera consciente, pero atados a ella por nuestras propias necesidades afectivas.
¿Qué es la dependencia emocional?
La dependencia por definición, hace referencia a la subordinación a una persona o a una cosa. Existen muchos tipos de dependencia, sea económica, a elementos adictivos o de carácter relacional. La dependencia emocional es un trastorno de la personalidad enmarcado dentro de las dependencias afectivas, con un fuerte componente adictivo, en el que el objeto que genera la adicción es la relación con otras personas, por lo general la pareja, si bien puede darse también con todas aquellas personas con las que pueda darse un vínculo afectivo.
El trastorno se relaciona con las emociones y la capacidad para establecer vínculos significativos con otras personas, produciendo estados de depresión reactiva, trastornos obsesivos o comportamientos desadaptativos. En la dependencia emocional, el sujeto es controlado por su necesidad de la otra persona, y el intenso miedo a la pérdida y a la soledad contaminan el vínculo establecido en la pareja.
La incidencia que presenta este trastorno en la población adulta ronda el 10%, según un estudio del año 2006 de la Fundación Instituto Espiral, y la gran mayoría de los afectados son mujeres (75%). Esta afección tiende a tener un patrón crónico y estable a lo largo de la vida de la persona.
¿Cuáles son las causas de la dependencia emocional?
Por lo general, se cree que necesidades afectivas insatisfechas en la niñez hace que las personas que padecen la dependencia emocional puedan, ya adultos, tratar de satisfacer o subsanar esta circunstancia mediante la búsqueda de relaciones interpersonales muy estrechas, subordinándola a la otra persona, a un apego ansioso, y en en ocasiones, a mantener relaciones autodestructivas.
En algunas familias, los niños aprenden que la mejor forma de estar y encontrar un lugar dentro del seno familiar es mediante el silencio y hacer todo lo que le dicen, de esta forma pueden evitar el rechazo o la indiferencia, y así se sienten protegidos, generándose la dependencia emocional debido a esta estrategia de sumisión.
Finalmente, muchas personas hacen una interpretación equivocada del amor, entendiéndolo como un acto de admiración al otro de tal magnitud que se produce una vinculación enfermiza, en lugar de generar un vínculo emocional recíproco de calidad.
¿Cómo lo véis?, ¿verdad que os suena esta situación?… Por desgracia es demasiado frecuente hoy en día, y el hecho de que ocurra principalmente en mujeres me genera un malestar especial.
Por cierto, si quieres saber más sobre dependencia emocional, escucha nuestro podcast titulado: ¿Cómo diferenciar entre enamoramiento y dependencia emocional?.
Julia Rodriguez Psicología
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