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No iniciarlos de forma inmediata: si esperamos que pasen unos días del mes mejor que si pretendemos hacerlo todo el mismo día 1. Vamos a establecer metas diarias que nos ayudarán a alcanzar nuestros objetivos.
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Pensemos en los beneficios: que vamos a lograr al alcanzar nuestros objetivos y no en las tareas que debemos hacer para alcanzarlos.
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Tómate momentos de reflexión: para analizar nuestro momento y dónde queremos llegar, cuáles fueron nuestras metas anteriores y si la estrategia que seguimos nos funcionó.
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Ordenar los objetivos: no podemos cumplirlos todos a la vez, nos agotará en la búsqueda de nuestra meta.
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Empezar con lo más importante: nos permite notar antes los resultados y nos motivará a seguir.
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Ten presente los objetivos: formulándolos en primera persona y en positivo, colocándolos en un sitio visible, por ejemplo escribiéndolos.
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Mejor si los compartimos: nuestros amigos y familiares nos servirán de apoyo y también de presión para alcanzarlos.
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Una exigencia alta es negativa: los errores nos ayudan a continuar, valoramos lo ya conseguido, es importante persistir y no arrojar la toalla a la primera de cambio.
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Actualizar las metas: no hace falta un año entero para renovar nuestros objetivos, podemos analizarnos a medida que pase el tiempo, para cambiarlos o cambiar el plan que estamos siguiendo.
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Quiérete más: lo más importante antes de plantearnos mejorar es aceptarnos como somos y querernos, esto nos garantizará el crecimiento.
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