A qué se debe que dos personas distintas teniendo casi los mismos elementos en su vida, unas se sientan bien, y la otra solo sienta malestar e inquietud.
El tema no es lo que tienes, sino el referente con el que te comparas y la mirada que pones en lo que tienes y sucede.
Por esto, cuando hay una pérdida de algo que dabas por normal, es cuando te das cuenta de lo valioso que era, y de lo cegado que estabas anhelando aquello que supuestamente te iba a hacer feliz.
Esto es natural a la condición humana, sin embargo, cuando vas teniendo experiencias en la vida, y ves que sigue ese vacío interno, es hora de dejar de poner en tela de juicio lo que tienes, lo que eres o lo que haces y empezar a agradecer lo que sí tienes, lo que sí eres y lo que haces.
Porque la felicidad, no está en el rojo con lentejuelas, del éxito, celebraciones, bullicio, mil amigos en redes sociales.
La felicidad se puede encontrar en el brillo del gris de lo cotidiano.
Deja una respuesta