Hola a todos y todas:
Se dice que los niños son una bendición del cielo, y es verdad. No se me ocurre mejor experiencia en el mundo que ver a tus hijos crecer, aprender y desarrollarse como personas.
Sin embargo, este crecimiento y este desarrollo no está exento de dificultades, y desde luego, educar hoy en día se ha convertido en un reto importante para los padres. Esta situación, que podría incluso acentuarse en aquellas familias que por circunstancias no cuentan con uno de los padres en el hogar, o los padres trabajan demasiado, o están mucho tiempo fuera de casa… empeora lo que podríamos denominar una situación ideal para la educación de un niño.
Cada familia tiene una forma diferente de educar a sus hijos, y esto es muy positivo. De hecho, cada uno de nosotros somos diferentes, y en teoría, todos necesitaríamos una forma diferente de ser guiados cuando somos pequeños, para conseguir además que el desarrollo de nuestra personalidad permita expresar lo que de diferentes hay en nosotros.
Pero sí que se pueden establecer una serie de elementos comunes que pueden hacer que la educación de un niño sea más exitosa. Os dejaremos algunos de esos elementos a lo largo de esta semana y la que entra. Ahí va el primero:
Imitadores de la situación familiar: algo que no admite dudas es el hecho de que los niños tienden a reproducir en sus conductas lo que perciben en la casa. Tanto el padre como la madre tienen una forma de relacionarse entre sí y con sus hijos, que van a recrear los niños en sus relaciones entre sí y con los demás.
También influirá en su forma en que se desarrollarán sus vidas en la sociedad. Por tanto, actitudes despectivas, falta de diálogo, faltas de respeto, insultos, desprecios… Si se producen entre los padres, es muy fácil que sean reproducidas posteriormente por los niños. Como ejemplo de caso extremo de esta imitación, se ha comprobado que hijos de padres maltratadores que han vivido esta situación en sus casas de pequeños, acaban reproduciéndolas…
Sin embargo, los niños criados en un ambiente relajado, tranquilo, armonioso, libre de peleas o actitudes violentas, es menos frecuente que reflejen problemas de conducta, ansiedad o dificultades de adaptación y/o adicciones.
Yo lo veo a diario en consulta. Los que sois padres y madres, ¿cómo lo véis?
Saludos a todas y todos.
Julia Rodríguez Psicología
653 93 40 50
Deja una respuesta