El perfeccionismo, surge en la infancia, es una conducta que intenta satisfacer la necesidad de aprobación del niño, y se va convirtiendo en un mecanismo adaptativo, que se integra de una forma natural en la personalidad.
Detrás del perfeccionismo se esconde la creencia de que hay algo que está roto dentro de ti. De tal modo que intentas que esa rotura no se vea.
Para tapar esa rotura, cada persona utiliza un medio: logros, títulos, éxito social, destacar en algo… y nada de esto arregla lo que crees que estás arreglando.
Cuando aprendes a exigirte menos, y a quererte más, es cuando empiezas a sanar.
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