Cuando sucede un acontecimiento doloroso en la vida, una frase muy típica que te suelen decir es “el tiempo lo cura todo” y el tiempo hace que el dolor disminuya, se atenúe, pero por sí solo, no cura.
Para que el dolor disminuya, se necesita un proceso de cambio emocional, en el que la persona tiene un papel activo en la revisión de sus sentimientos y una vez revisados, soltar aquello que no es nutritivo, y seguir caminando hacia adelante.
Evidentemente este proceso, se da en un espacio temporal determinado. Para unos, el duelo se prolonga más y para otros menos, pero no es el tiempo el que lo soluciona sino tú, mediante un trabajo personal y activo, que es necesario que realices en ese tiempo.
Si dedicas ese tiempo a estancarte el acontecimiento doloroso, a reproducir la historia una y otra vez, con distintos matices, a pensar lo que hubieras o hubieses hecho, a sentirte culpable, alimentar sentimientos de rabia o enfado, lo único que vas a conseguir es deprimirte, ponerte ansioso y somatizar.
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