La paciencia se alimenta de aceptación, cuando aceptamos, vemos sencillamente lo que sucede, sin crítica, sin juicio, sin apego, sin enfado sin rabia.
Porque lo que sucede ajeno a nosotros no lo podemos cambiar, lo que si depende de nosotros es dejar todo el repertorio de emociones negativas de lado, y centrarnos en aceptar, esto es más sencillo que lidiar con todas las emociones que te producen malestar, ya que si las das cancha te terminan agotando.
La paciencia, nos ayuda a sobrellevar situaciones delicadas, y la paciencia también nos ayuda a convivir con los otros, ya que si usas esta cualidad, tu mirada se va a posar en los otros de manera global, con sus claros y sus sombras, y no solo en sus sombras.
Cuando convivimos en muchas ocasiones se producen roces, esto es natural. Ahora que te quedes enganchado a ese roce y que hagas recuento de todos los roces que han sucedido en el último tiempo, o en el año tres… esto no debería ser tan natural, porque te estás dañando y terminarás dañando al otro.
Acepta el roce, trata de solventarlo y déjalo ir.
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