Es fundamental saber que se puede prevenir y tratarse psicológicamente a través de una terapia adecuada
El número de suicidios en España alcanzó un récord histórico en 2014 por tercer año consecutivo e incluso duplicó la cifra de fallecidos por accidentes de tráfico. 3.910 personas se quitaron la vida, la mayor cifra registrada desde 1980, cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) comenzó a difundir esta información. Sin embargo, el aumento con respecto a 2013 es mínimo, solo del 1%. El organismo público ha dado a conocer este miércoles un estudio que recoge, además, un incremento global de las defunciones: 395.830 personas fallecieron en 2014 (los últimos datos disponibles), tanto por causas naturales como por causas externas, lo que equivale a 5.411 casos más que en 2013.
Los datos muestran que en 2014 los suicidios volvieron a ser la principal causa de muerte no natural. Además, la cifra de quienes decidieron poner punto y final a su vida aumentó en 2014 por cuarto año consecutivo hasta doblar el número de fallecidos por accidentes de tráfico, que provocaron 1.873 defunciones. Los siniestros en carretera vienen reduciéndose significativamente desde 2007, el año de la entrada en vigor del carné por puntos. Ese ejercicio perdieron la vida 3.811 personas por esta causa, es decir, ha habido desde entonces un descenso de casi el 51% hasta 2014. En 2008, además, el número de suicidios superó por primera vez al de víctimas mortales en carretera.
La cifra de quienes se quitaron voluntariamente la vida mantiene una tendencia ascendente desde hace décadas. En 1980 se registraron 1.652 casos; en 1990, 2.939; y en el año 2.000, 3.393. Aunque entre algunos ejercicios hubo pequeñas subidas y bajadas, el aumento en los últimos 35 años ha sido continuo. Santiago Durán-Sindreu, psiquiatra especialista en suicidios del Hospital de Sant Pau de Barcelona, cree que la tendencia ascendente es preocupante: «Parece que este fenómeno ha llegado para quedarse. Sea cual sea la causa, y decir que solo ha influido la crisis económica es un argumento muy reduccionista, el incremento de casos es de suficiente magnitud para que las instituciones públicas trabajen en planes de prevención».
En España, a diferencia de otros países como Noruega, Suecia, Dinamarca o Reino Unido, todavía no existen proyectos de prevención de este tipo a nivel estatal o autonómico. Durán-Sindreu señala el factor cultural —»el suicidio sigue siendo un tema tabú a todos los niveles»— y geográfico —los países mediterráneos contaban hasta estos últimos años con tasas más bajas— para explicar esta falta de respuesta desde las administraciones. Solo en Cataluña existe un embrión para crear un plan de prevención: el Código Riesgo Suicidio, que funciona en toda la comunidad desde finales de 2015. «Grosso modo, consiste en que sea el sistema sanitario el que se ponga en contacto con el paciente que se ha intentado suicidar, y no al revés. Así se obliga al afectado a tratarse», explica Durán-Sindreu.
Poner fin a la propia vida fue una práctica mucho más habitual en los hombres que en las mujeres: de los 3.910 casos registrados en 2014, 2.938 correspondieron a los primeros y 972, a las segundas. La tasa de suicidios por cada 100.000 habitantes en España se situó en 2014 en 8,42, cuando en 2012 era de 7,6. La media es especialmente pronunciada en la franja de edad que va de los 85 a los 89 años, con una tasa del 22,5. «Esas edades son de pérdida: pérdida de autonomía, aparición de enfermedades crónicas… Todos estos factores incrementan los síndromes depresivos, lo que en ocasiones lleva al suicidio», explica Durán-Sindreu.
Principales causas de muerte natural
Como cada año, las enfermedades del sistema circulatorio (117.393 defunciones) fueron la principal causa de muerte entre los españoles, y representaron un 29,7% sobre el total de fallecimientos. Le siguieron los tumores (110.278), con un tasa relativa del 27,9%, y las enfermedades del sistema respiratorio (43.841), que aumentaron un 3% con respecto a 2013 y representaron el 11,1% de los que se fueron en 2014.
Según el INE, las enfermedades que más azotaron a la población femenina fueron las del sistema circulatorio, con una tasa de 270,2 muertes por cada 100.000 habitantes, y la segunda entre los varones (234,6). Los tumores fueron la primera causa de mortalidad en los hombres, con una tasa de 294,6 fallecidos, y la segunda en las mujeres (182,1).
Las patologías concretas que más muertes causaron fueron, otra vez más, las isquémicas del corazón (infarto, angina de pecho..), aunque con un descenso del 2,5% respecto al año anterior, y las cerebrovasculares (ictus, aneurisma…), con una bajada del 1%. Los cánceres más mortíferos fueron el de bronquios y pulmón y el de colon. Ambos tumores causaron más defunciones entre la población masculina, mientras que el cáncer de mama fue el que tuvo mayor mortalidad entre las mujeres.
Además, las demencias causaron el fallecimiento de 17.883 personas. En concreto, el Alzheimer se cobró 14.022 vidas. Estas enfermedades se situaron como la cuarta y la séptima causa de muerte más habitual en España, y de cada 10 fallecidas por estas patologías, siete fueron mujeres.
Otras causas externas
Además de los suicidios, entre las causas de mortalidad no naturales más habituales se situaron las caídas accidentales, que provocaron la defunción de 2.749 personas, y el ahogamiento, sumersión y sofocación, que se cobraron la vida de 2.370 ciudadanos.
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