Comienzas tu día y empiezas a hacer tareas. Continúas y ves que lo que hasta el momento has estado haciendo tiene que ver más con otras personas que contigo. Esos hábitos en tu día a día como son trabajar, cuidar de personas dependientes, atender asuntos familiares, las tareas del hogar… y al acabar el día ¿qué tiempo te has dedicado a ti? ¿qué has hecho para ti?
Ese “estar» más en lo de fuera que en ti, que en lo que te sucede a ti.
Este estar para fuera priorizando las necesidades de otras personas supone que tus propias necesidades de atenderte, de estar contigo no estén cubiertas pasando a un plano secundario. De modo que se desequilibra la balanza entre estar para otras personas y estar para ti, contigo.
Tú también eres tu prioridad
La solución está en poder encontrar un momento en el día en el que te permitas dedicarte tiempo para ti, como puede ser dar un paseo, leer un libro, hacer ejercicio, una actividad de ocio, escuchar música, estar en silencio, observar tu alrededor o sencillamente apreciar y escuchar los latidos de tu corazón. Sentir que eso que haces es para ti, que tú también eres tu prioridad. Prestando atención a cómo equilibrar esa balanza de estar para otras personas y estar contigo.
Deja una respuesta