Vamos viviendo, hacemos lo que podemos, y en este hacer, cuanto cuesta pararse y aprender, aprender de ti mismo.
Pararse y mirarse cuesta…
- Porque hay que ir al recuerdo, a veces doloroso.
- Porque te ves a ti a tu familia, tu manera de relacionarte.
- Porque te das cuenta de tus miedos, bloqueos e incapacidades.
- Porque no es algo que compartas en Instagram, como “momento chip del día”.
- Porque a veces sientes un torbellino dentro de ti, conforme vas descubriendo quién eres tú.
- Porque te das cuenta de tus emociones reprimidas y cómo te han dañado.
- Porque te das cuenta de tu anestesia, de tu película, de tu pelea con la vida, de tus castillos en el aire…
El camino del autoconocimiento es doloroso, sin embargo, las heridas del camino sanan, pero lo amargo de lo negado se enquista en el alma.
Atrévete a explorar el puzzle de tu vida. Porque cuando colocas las piezas, sueltas, liberas y puedes vivir con más ligereza.
Deja una respuesta