Empieza el buen tiempo, el sol, los días más largos, y hay gente que comenta que “se siente picada” “Que le viene el bajón”, “que la primavera le pone triste” “ que no entiende bien que le pasa en esta época”… y así podríamos citar expresiones varias, y es que cuando llega el buen tiempo, no a todos nos sienta igual, y recurriendo a la conocida frase “ la primavera la sangre altera”, así sucede y en algunas personas esta alteración causa estragos emocionales..
¿Qué es la astenia primaveral?
Es una sensación que sufre algunas personas que se caracteriza por la falta de vitalidad y energía, a nivel físico, intelectual y anímico lo que lleva a disminuir la capacidad para realizar las tareas que normalmente se vienen desempeñando.
Esta sensación nos acompaña constantemente a lo largo de todo el día, incluso sin haber hecho un gran esfuerzo o trabajado con concentración en alguna tarea, sencillamente uno se siente agotado, y con la cabeza embotada, con dificultad para mantener la atención y como si no hubiera dormido lo suficiente.
Como consecuencia de esto, algunas personas se siente culpable por no mantener el ritmo habitual y les parece que lo único que hacen a lo largo de todo el día es “dar bandazos”, y no llegan a lo que se proponen.
Causas más frecuente que producen la astenia primaveral
Delimitar causas concretas es complicado, pero parece que está muy relacionada con la adaptación del cuerpo a las horas de luz, ya que hay diversos mecanismos que están condicionados por los períodos de luz y oscuridad, influyendo directamente sobre hormonas como la serotonina y melatonina que influyen en el estado de ánimo de la persona.
La astenia es más frecuente en mujeres, de edades comprendidas entre los 20 y los 50 años.
Síntomas evidentes en caso de astenia primaveral
- Labilidad emocional
- Dificultades de concentración
- Sensación de presión en la cabeza
- Cansancio generalizado
- Somnolencia
- Irritabilidad
- Disminución de la libido
¿Qué podemos hacer?
Fundamental no sentirse culpable, y darse permiso para no estar al total del rendimiento habitual, en ocasiones hay que saber ir más lento, eso sí, sin pararse.
Ya que ante las ganas de pararnos y no hacer nada, hay que intentar aprovechar las horas de luz, para realizar alguna actividad, si puede ser al aire libre.
Actividades intelectuales suaves también pueden ser muy positivas y gratificantes (leer un libro, ver una película, una buena charla con amigos)
Hacer ejercicio es fundamental nos hace estar más activo, de mejor humor y nuestro sueño mejorará.
Un saludo a todos y todas.
Julia Rodríguez Psicología
653 93 40 50
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