En la convivencia con el otro, suceden muchas cosas, y en ocasiones nos encontramos con escenas cotidianas que aparentemente no tienen importancia y sin embargo, sentimos que un dardo ha llegado a nuestro corazón.
Algunos ejemplos
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Te llamo para algo más de dos veces y ya me pones mala cara, lo vivo como que no me atiendes lo suficiente.
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Que no quieras venir con mi familia a comer el domingo, lo vivo como un desprecio a los míos.
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Que no vayas nunca a la compra, aún sabiendo que faltan alimentos, lo vivo como que yo me lo cargo todo, mientras tú estás en tu mundo.
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Cuando veo que no te interesas por mis cosas y yo sí por las tuyas, lo vivo como un desequilibrio, que me llena de resentimiento.
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Que no esté arreglada la casa, cuando llego, si te tocaba a ti, lo vivo como que no me cuidas.
Y de esta manera, podríamos realizar un listado completo de situaciones varias que se dan y que hacen que dos personas se pueden distanciar.
El asunto está en que si una situación, te toca tanto, es probable que haya que ir más allá del mero acontecimiento, porque tocas con heridas antiguas que se abren de nuevo en el contacto con el otro.
Es decir;
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Si sientes que no te atienden, quizás tiene que ver con la falta de atención que has sufrido en otros momentos de tu vida, por personas que para ti eran importantes.
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Si sientes que desprecia a los tuyos, es que tú en algún momento te has metido en algún conflicto de lealtades con los tuyos.
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Si sientes que tú te lo cargas todo, probablemente anteriormente (quizá en tu familia por ser el mayor ) eras quien cargaba con todo.
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Si sientes que hay un desequilibrio, probablemente has sentido esto otras muchas veces, como que tú aportabas más (material o emocionalmente) y otras personas se quedaban atrás.
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Si sientes que no te cuida, anteriormente ya alguien con quien has compartido cosas importante, no te ha cuidado lo suficiente.
El asunto es que si uno toma consciencia sobre las cuestiones que se esconden detrás de ciertas situaciones, podrás ver la realidad con una visión más objetiva, quitando “todo lo añadido”, con una considerable disminución del malestar y sanando esa herida primaria.
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