Hemos hablado algunas veces de la dependencia emocional y hoy os voy a hablar sobre la confluencia emocional, consiste en mimetizarse, en perder los límites entre uno mismo y el entorno, la consecuencia es que terminas perdiendo una parte de ti mismo.
Si eras un niño complaciente, un adolescente que se revelópoco o de la manera que pudiste, sin ser algo muy estridente, y un adulto que en algún momento permite ser elegido por una pareja (o varias) que te arrastran a su terreno y tú vas adaptándote, estás utilizando el mecanismo de la confluencia.
Generalmente la dificultad más evidente viene, en la relación de pareja (también se puede observar en otros ámbitos) ya que llega un momento en que esta adaptación excesiva es un daño, y claro cuando hay un daño, el cuerpo habla en forma de síntoma, desde lo emocional o algo más psicosomático, y tú sabes que hay cosas en la relación que te chirrían demasiado.
Es aquí el momento oportuno para poner límites, porque si no los pones tú, el síntoma va a seguir presente.
Si ves que confluyes y que esto te hace daño, puedes empezar a poner límites en aquellas cuestiones que entiendas que para ti sean más sencillas y poco a poco ir ampliando a más terrenos.
Eso sí, todo esto va a traer movimiento a la relación sea del tipo que sea.
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