Cuando se presenta una situación de infidelidad en una relación de pareja, generalmente se habla de lo que la persona que engaña, le hace a la persona que es engañada, sin embargo hay otro aspecto que pasa desapercibido y es lo que el que engaña se hace a sí mismo.
Es decir, qué le lleva a compartir intimidad (y con intimidad hago referencia a muchos aspectos, no sólo al sexual, teniendo en cuenta que esto también es dependiente de los límites que la pareja tenga en torno al asunto de la fidelidad), con una persona que no es su pareja de manera frecuente.
Qué hace una persona cuando resuelve fuera lo que no es capaz de resolver dentro, qué hace una persona resolviendo fuera lo que no es capaz de resolver consigo mismo, qué hace una persona cuando ve que valores que parecía inamovibles se tambalean, qué hace una persona cuando siente culpa por lo que conlleva la situación.
Generalmente cuando se produce una infidelidad dentro de una relación de pareja, es porque en la relación hay un malestar, que puede verse claramente o que puede estar más velado, de ahí que muchas parejas se pregunten cómo pudo suceder una infidelidad si parecía que las cosas estaban bien, y la realidad es que en cuestiones de pareja, hay muchos aspectos que se van tapando, o con los que se va tirando hacia delante, como si no importara pero que suponen un malestar importante, y que finalmente derivan en esta delicada situación dentro de la relación.
Es importante que los aspectos de pareja se resuelvan dentro de la pareja, en el momento en el que suceden, para que no deriven en este tipo de situaciones, que pueden ser recuperables, pero que suponen un gran sufrimiento para los miembros de la pareja.
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