Hablo con muchas personas y el objetivo general es estar más tranquilas, tener más paz interior y me preguntan cómo conseguirlo.
La respuesta en estas situaciones suele ser la misma: dejando de hacer todo aquello que saben que les viene mal.
Lo que no se puede es estar tranquilo si acabo de tener una ruptura y estoy investigando las redes sociales de la otra persona para ver si es que está con otra persona, para saber de su vida porque todo esto nos inquieta, de forma que es incompatible con estar tranquilos.
Por otro lado, también me encuentro con personas que me preguntan porque quieren descansar bien, porque duermen mal porque están muy estresadas, entonces lo que sugiero es que cuiden los hábitos del sueño. En muchos casos se está viendo una serie violenta minutos antes de acostarse, o se está mirando el móvil, contentando un mensaje de Whatsapp, y todo esto es muy estridente por lo que agita el sueño. Si ya descansaras mal y repites malos hábitos no estarás tranquilo.
El asunto es preguntarnos qué hacemos con nuestras vidas y cómo nos estamos cuidando. Si sabemos que a nivel físico nos pasan facturas ciertas actividades hay que dejar de seguir haciéndolas o si sabemos que a nivel emocional también nos están pasando cierta factura ciertas cosas ¿para qué hacerlas?
Hay que tomar un poquito de consciencia sobre qué y con quién empleamos nuestro tiempo y no hacer todo aquello que nos agita diariamente. Si quiero descansar bien, tengo que cuidar los hábitos. Si no quiero estar mal por lo que veo en las redes sociales, no estar todo el tiempo mirándolas. Todo pasa por cuidarse y respetarse, y no hacer aquello que sabemos que es contraproducente.
Totalmente diferente a los casos anteriores, me encuentro situaciones donde también me preguntan sobre la situación de tranquilidad, son aquellas personas que están haciendo un duelo, y que no quieren sentirse tristes, en este sentido hay que entender que para superar ese duelo hay que sentir la tristeza, luego ya aceptarás la situación.
En resumen, en unos y otros casos, de lo que se trata es de ser coherentes y ser consecuentes, entre lo que piensas, entre lo que dices y lo que haces.
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