Al relacionarnos con los demás, si afinamos, nos podemos dar cuenta de un millón de cuestiones acerca de nosotros mismos. Mediante el contacto con los otros, vemos qué queremos o qué no queremos en nuestra vida, qué es lo que sucede y qué es lo que nos gustaría, qué parte depende de ti y qué parte no.
El asunto es poder aprender con el otro y de la situación que vivimos en ese momento, no de cargar las tintas y recurrir a “ el otro es malo”, el otro es una persona que tal como tú, está en su propia tormenta y os cruzáis por el camino, aprovechando esta intersección.
Aprende, vive, siente, con lo que te plantea la vida, que seguramente será para enriquecimiento, aunque a veces la manera no sea la que tú prefieras.
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