Llega el verano y elijas la opción que elijas, viajar, pasar tiempo en familia, ordenar, estar tranquila, muy agitada, con amigos, en pareja, playa, montaña, lugar exótico o conocido, y todas las opciones que barajes.
La opción que te propongo es que saques un tiempo para la reflexión, basta con unos minutos al día.
Reflexionar, contactar con nosotros mismos, con nuestro cuerpo, respiración- pensamiento, nos sitúa y hace que podamos estar más despiertos ante lo que va aconteciendo en el día a día, y al menos en lo que depende de ti qué es lo que quieres, necesitas, buscas… que va a venir después del verano.
Ahí van unas preguntas:
- ¿Qué es lo que me hace sentir con vitalidad y energía?
- ¿Qué es bueno para mi vida? ¿Hago lo que es bueno para mi vida?
- ¿Qué es bueno para mi emocionalidad? ¿Hago lo que es bueno para mi emocionalidad?
- ¿Mis actos y mis valores van en la misma dirección?
- ¿A qué dedico mi tiempo y energía? ¿Estoy satisfecho con eso? ¿Puedo hacer otras cosas?
No hay respuestas correctas o incorrectas, no hace falta responder todas, lo interesante de esta propuesta es que te pares contigo, y a partir de ahí lo que surja, solo el hecho de parar, mirar e intentar contestar, solo con eso, ya estás haciendo algo distinto.
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