Creces y vas desarrollándote como persona conforme el entorno en el que te desenvuelves, en el que estás.
Este entorno pone en ti expectativas sobre cómo has de ser, comportarte, pensar… y las asumes como propias; las haces tuyas. Construyes la manera de estar en este mundo en base a eso que se espera de ti dejando de lado lo que tú quieres y tu esencia como ser individual. Perdiéndote de ti para estar en eso que desean los demás.
La pregunta es ¿eso que se espera de ti es lo que tú quieres?
Esto puede llevarte a estar en lucha continua, ya que supone enfrentarte con lo que se espera y con lo que quieres colocándote en la elección. En elegir.
Un elegir que hace que estés en conflicto contigo ya que te pone en la tesitura de: traicionar a alguien o traicionarte a ti. Un conflicto que hace que te aferres a la ilusión por satisfacer la necesidad del otro, una ilusión que no depende de ti cubrir puesto que es del otro.
Lo que sí depende de ti es decidir y elegir cómo y qué quieres para ti. Y es ahí donde comienzas a ser tú. A ser como tú eliges, dejando de vivir para las demás personas y viviendo para ti.
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