¿Cuantas veces te has visto repitiendo patrones familiares, que precisamente no te gustan nada?
A veces uno quiere romper con el patrón, no hay manera, uno quiere cambiar de hábitos, reaccionar diferente, y cuando lo intenta, cuesta mucho, “yo que dije que no haría tal cosa como mi padre o madre, ahora me veo en ello”.
De tal forma que para realizar el cambio, tienes que estar muy presente, muy atento, no forzar, si no estar desde la consciencia, observar, analizar, conocerte, y desde ahí, cuando vayas a el hogar familiar (se acercan fechas familiares), poder hacer diferente y que no te vuelva a atrapar el patrón.
Cuando te vas liberando de los aprendizajes que ya no te valen, te vas sintiendo más ligero, más en consonancia con la persona que eres en este momento de la vida, recuerda que ya no eres el niñ@, que no podía hacer otra cosa, ahora eres un adult@ que puede decidir, comportarse diferente.
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