Hay personas que sienten que “todo tiene que ver con ellas”, que lo que están diciendo de alguna manera “va para mí”, y de esta forma hay mucha reactividad, eso provoca emociones dañinas, envidia, celos, falta de confianza, y un enfado con todo lo que se supone que va en su contra.
Al personalizar lo que ocurre en el exterior, estas personas van a actuar de una manera impulsiva, con palabras poco adecuadas, creando dificultades en cómo se relacionan consigo mismas y en su relación con las demás personas.
En el trabajo terapéutico, la persona aprende a dejar de personalizar, le acompaño a que comprenda y reflexione de forma distinta pudiendo neutralizar las emociones perturbadoras.
Como consecuencia surge una forma nueva de interpretar lo que sucede y que aporta más calma mental.
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