En muchas ocasiones, hablo con personas, que sienten un profundo malestar, debido a que no saben cómo lo hacen, pero dan con el mismo tipo de pareja, parejas que suelen coincidir en mayor o menor medida con alguno de estos adjetivos, dependiendo de la persona, vivencia y situación:
- Abandónicas: aquellas que no hacen mucho caso a la relación.
- Manipuladoras: hay que hacer lo que la otra persona quiere y así es la manera de llevarse bien.
- Directivas: yo soy quién organiza, y tú te tienes que adaptar.
- Poco comprensivas: la otra persona siente que no escucha o que no comprende cuando quiere trasmitir algo.
- Personas que en apariencia son muy generosas, y que luego se dedican a “echar en cara” toda su generosidad.
El asunto es que probablemente si la persona que repite una y otra vez el mismo patrón relacional se para un poco (y en vez de echar balones fuera) se da cuenta que se está vinculando con el otro desde la escasez, (no te quieren; si te abandonan, te dirigen, te manipulan etc). Cuando la persona se da cuenta de esto, es cuando pueden cambiar de modelo a la hora de relacionarse, y encontrar una relación nutricia con la que vivir la experiencia contraria, estar en una relación y sentirse bien.
Deja una respuesta