Cuatro millones de españoles se sienten solos. Las mujeres solteras y desempleadas son las que más sufren la falta de compañía. Casi el 20% de los españoles viven solos. Más de la mitad de la población ha experimentado sensación de soledad durante el último año y cerca de uno de cada diez, con mucha frecuencia, lo que significa que cuatro millones de españoles se sienten solos. Sin embargo, son el 7,9% del total los que están «realmente aislados», personas mayores de 18 años y que viven sin compañía porque no tienen más remedio.
Así se desprende del estudio La Soledad en España, elaborado por un equipo de investigadores de ASEP (Análisis Sociológicos, Económicos y Políticos) bajo la dirección del profesor Juan Díez Nicolás y la coordinación de María Morenos, promovido por Fundación AXA y Fundación ONCE y presentado este lunes por la secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero. El trabajo, basado en entrevistas a expertos, 1.206 encuestas a una muestra representativa de la población nacional y otras 320 a personas con discapacidad, concluye que no es lo mismo sentirse solo que no estar acompañado, ya que personas que viven en familia tienen incluso tasas de sentimiento de soledad más elevadas que aquellos que viven sin compañía por opción personal.
En términos generales, apunta que el 80% de las personas que viven solas porque no tienen más remedio, el 60% de quienes viven sin compañía por decisión personal y la mitad de los que sí están acompañados en casa sienten soledad con frecuencia. En concreto, el el 80,1% de los españoles viven acompañados y el 19,5% viven solos y de ellos, el 59,5% dice que lo hace porque quiere. Esto implica que «sólo un 7,9% de la muestra global de los españoles mayores de 18 años se puede considerar como realmente aislado, en cuanto a que vive solo por obligación, y no por voluntad propia«, según el estudio.
Con todo, destaca que casi un tercio de españoles que viven solos afirma no sentir «ninguna soledad en absoluto» e incluso el 17,7% de aquellos que no tienen compañía porque no hay más remedio «nunca han tenido soledad». Por contra, el 52,6% de los que acompañados sí la han padecido. De hecho, el 61,9% de los que conviven con otras personas y la mitad de los que lo hacen con su familia nuclear se han sentido solos.
Quienes se sienten solos recurren a las redes sociales. Las personas que más utilizan dispositivos tecnológicos, nuevos medios de comunicación o infraestructuras de transporte son las menos expuestas a la soledad, mientras que el uso de las redes sociales es propio de las personas que más sienten la soledad. Los expertos llegan a la conclusión de que «a igualdad en otras variables, las mujeres son más proclives a la soledad que los hombres», así como los casados o con pareja que viven solos por obligación, los parados o poco ocupados laboralmente. Por eso, afirman que las mujeres solteras y desempleadas son las que más sufren la soledad. Según el informe, el estado civil, los ingresos mensuales y el tamaño del municipio en el que se vive son los factores que más influyen en la soledad de los españoles en general, aunque entre quienes están solos por obligación, «lo que más afecta es el estado civil, el sexo y la situación laboral».
Más soledad en la discapacidad. En cuanto a la muestra de personas con discapacidad, el estudio concluye que si bien el porcentaje de quienes viven solos y aislados es similar al de la población general, la incidencia de la soledad es notablemente superior: mientras que el 10% de la población española adulta asegura haber sentido soledad con mucha frecuencia, entre las personas con discapacidad este porcentaje se eleva hasta el 23%. Además, sólo un 9,2% de las personas con discapacidad que viven solas dice no haber sentido nunca soledad, cosa que comparte el 27,5% de la población general en la misma situación. En cuanto a los acompañados, en la población general son más de la mitad quienes se han sentido solos y en este grupo en particular, llega hasta el 87,6%.
El informe encuentra explicación en la diferencia de hábitos de convivencia, pues mientras el 77% de la población general acompañada lo está por sus parejas y/o hijos, son el 58% de las personas con discapacidad las que conviven con una familia nuclear de este tipo. El 42% viven con gente con la que tienen otro tipo de relación, cifra que en la población general es del 23%. Por otra parte, destaca que en las personas con discapacidad que viven solas se presentan niveles de sociabilidad por encima de la población general, lo que lleva a los autores a destacar «la importancia de asegurar la autonomía personal de las personas con discapacidad para garantizar su satisfacción».
En el ámbito de la discapacidad, la existencia de problemas o preocupaciones es la circunstancia que más origina un sentimiento de soledad (46%), seguida de la llegada de fines de semana o festivos (34%) o los momentos en que están enfermos (32%). Para mitigar esta sensación, el 73% recurren a la televisión, la radio, la lectura o Internet; el 43% recurren al contacto indirecto a través del teléfono, sms o correo electrónico; por un 37% que sale a la calle (paseo, cita, teatro o cine) o un 18% que hace deporte o sale de compras. El 32% de las personas que viven solas por obligación admiten no recurrir a nadie cuando tienen sentimientos de soledad.
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