En respuesta a vuestras peticiones (principalmente a la de Mº Carmen García), me gustaría dar algunas pinceladas sobre qué es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperatividad (conocido como TDAH), así como su etiología, es decir, las causas que hacen que aparezca, y cuáles son los síntomas con los que podemos identificarlo.
Sé que es un tema que nos preocupa mucho como padres, ya que actualmente se está extendiendo como alteración del comportamento en nuestros hijos. Más adelante trataremos además de dar algunas indicaciones para los padres y profesores que han de lidiar con este tipo de trastornos, en casa o en clase.
¿Qué es el TDAH?: básicamente es un trastorno de conducta, cuya alteración central es el déficit de atención, que puede aparecer con hiperactividad o sin ella.
¿A qué se debe?: como a otros trastornos de la conducta, es multicausal, lo que quiere decir que hay diferentes factores que influyen en su aparición. Todos contribuyen, aunque unos con más porcentaje que otros. Los factores más estudiados son:
1. Genéticos, a causa de antecedentes familiares de la enfermedad.
2. Fisiológicos, a causa de alteraciones neuroquímicas en los procesos de activación e inhibición del sistema nervioso central.
3. Biológicos, a causa de alteraciones durante el periodo de gestación y perinatal de la madre, tales como consumo de tabaco, drogas, alcohol, estrés durante el embarazo, bajo peso al nacer, hemorragias durante el parto, corta edad de la madre, parto prolongado..
4. Psicosociales, tal vez el grupo de factores más importante, a causa de organizaciones familiares estresantes, mal funcionamiento en horarios, psicopatología de los padres, estatus económico, niños institucionalizados (con un trastorno de vínculo), problemas familiares (de pareja, problemas en la relación de los padres con los hijos, estilos discordantes de comunicación intrafamiliar, etc. La escuela entraría en este tipo de factores, y también se han determinado como factor de importancia la experiencia del niño en clase, su relación con compañeros, etc.
Por lo general, se admite que la enfermedad tiene un 70% de base genética, pero esto no determina la aparición, sino que la condiciona. Es un elemento predisponente, como se suele decir. El entorno es aquí el que juega el papel fundamental, como activador del trastorno. Pero también es muy importante es conseguir un buen diagnóstico, ya que según los estudios, el 7,5% de los casos que llegan a consulta comentando que es un TDAH están mal diagnosticados y padecen otro tipo de enfermedad.
Y cómo acorrarlarlo?… es decir, ¿qué sintomatología presenta?… y a través de los síntomas, ¿cómo podemos identificar si nuestro hijo sufre TDAH?
1. Desatención, es el síntoma más habitual, que se manifiesta de muchas maneras. El niño con TDAH sufre desatención en todo tipo de labores, no sólo las labores escolares, lo que incluye también desatención en labores lúdicas, es decir, cuando está jugando. Esta desatención les puede llevar a errores, a ser descuidado con la realización de la tarea. Parece que no escucha cuando se les habla directamente, como si tuviera la mente en otro lugar, tiene dificultades para organizar tareas o actividades, suele dejar las actividades a la mitad sin llegar a terminarlas, evita lo que le disgusta o es reacio a dedicarse a tareas que suponen un esfuerzo mental sostenido. También es descuidado con sus objetos personales y a menudo extravía las cosas. Frecuentemente se distrae con estímulos irrelevantes y olvidadizo en las actividades diarias.
2. Hiperactividad-impulsividad, que en el caso de la hiperactividad se manifiestan en el niño con un exceso de movimientos, abandona su puesto, se mueve continuamente cuando resulta inapropiado hacerlo, e igualmente habla en exceso. En el caso de la impulsividad, estos niños a menudo precipitan respuestas antes de haber completado preguntas, se entrometen en actividades de otros o interrumpe. La impulsividad puede dar lugar a accidentes y conductas de riesgo.
Qué otras cosas debemos saber?
Conviene decir que para ser diagnosticado como TDAH, los problemas no deben presentarse en una situación concreta (como en el caso de la escuela o en casa), sino que deben producirse alteraciones en al menos 2 situaciones.
El trastorno puede aparecer en cualquier edad, pero deben existir muestras de alteraciones, de disminución de la atención o del aumento de la actividad, previas a los 7 años de edad. Generalmente la alteración se mantiene durante los años escolares, y puede generar problemas del desarrollo, retraso en la escolarización y mal rendimiento, incumplimiento de reglas y aparición de conductas disruptivas, disociales, y con la adolescencia, adicciones. Posteriormente, suele remitir aunque ya suele haber causado problemas. Se dan casos de sostenimiento durante la edad adulta.
Se ha observado una presencia del trastorno desde 4 a 9 veces más en varones que en mujeres. Y un dato curioso: la dieta también se ha identificado como factor influyente en el trastorno.
Lo dejamos aquí por hoy… en el próximo post daremos algunos consejos para trabajar con estos niños. ¿Cómo véis a vuestros hijos?, ¿son tranquilos o inquietos?…
Un saludo a todos y todas
Julia Rodríguez Psicología
653 93 40 50
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