El cuerpo, ese lugar en el que habitas a lo largo de tu vida, es receptor de las experiencias que vives y estas van acompañadas tanto de las acciones como de pensamientos y de emociones. Y es cuando reprimes y callas eso que sientes, que el cuerpo se hace eco de ello manifestándose en ti de diferentes maneras: dolores, tensiones musculares, sobrecarga en zonas concretas del cuerpo, etc. Es por ello que al silenciar una experiencia que para ti ha resultado dolorosa o desagradable es a través de tu cuerpo que lo resientes y lo expresas por medio de este. Lo expresas a través de pensamientos, sentimientos, emociones y formas de hacer que diriges principalmente, hacia ti.
Imagina que tu cuerpo es un templo:
- ¿Cómo te gustaría cuidar ese templo?
- ¿Cómo sería cuidar los pensamientos que tienes sobre ti?
- ¿De qué manera serían tus sentimientos hacia ti?
- ¿Qué querrías hacer para atenderte?
Un lugar de escucha en el que estar contigo para luego poder estar con los demás. Ese espacio que te permite simplemente estar y darte cuenta de la manera en la que estás contigo.
Recuerda que tu cuerpo, que eres tú, es tu TEMPLO.
sultan says
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