El camino para la consolidación de una pareja está lleno de dificultades y obstáculos. Ajustar los deseos, los hábitos y las expectativas de dos personas, en principio completamente desconocidas, no es una tarea sencilla. Ciertamente, nadie puede decir que exista mayor o menor posibilidad de éxito en función de la época del año, y sin embargo, las estadísticas son tozudas y siguen mostrando que el 33% de las rupturas de pareja se producen durante o tras el verano. Los motivos pueden ser muchos y variados, pero sean cuales sean, ponen en evidencia que la relación no era tan sólida como parecía.
De ahí que el verano sea para muchas parejas una auténtica prueba de fuego aunque ellos mismos no lo sepan. Y es que durante el año, el trabajo y la rutina diaria pueden dar una falsa sensación de estabilidad o felicidad. Si te da miedo perder a tu pareja en verano, lo primero que debes hacer es pensar en los motivos que te inducen a tener ese temor y luego intentar buscar una solución realista. Este análisis te puede llevar a solucionar problemas que os están impidiendo avanzar, a consolidar una relación aún incipiente, o a asumir que tal vez la relación esté llegando a su fin.
Aunque os llevéis bien, las vacaciones pueden ocasionar momentos de estrés en las parejas. Evítalos siguiendo estos consejos:
- No idealices las vacaciones. Todos tus sueños no se van a hacer realidad en vacaciones, es más, puede que no sean tan perfectas como imaginas. Si lo haces así, todo lo bueno te sorprenderá especialmente.
- Pacta las vacaciones. Si son las únicas que tenéis, deben ser del agrado de los dos. Ni te sacrifiques tú por él, ni seas egoísta y le lleves siempre donde tú quieres.
- Escucha a tus hijos. Si os vais todos juntos de vacaciones, intenta que ha ellos también les guste el plan. Así no los tendrás todo el día de mal humor o quejándose.
- Sé flexible. Son vacaciones para los dos, deja que haga lo que le apetezca, no le exijas los deberes y obligaciones que normalmente tiene en casa. Hazle la vida fácil, y él te la hará a ti.
- Dedícate tiempo. Hacer absolutamente todo juntos puede llegar a ser agobiante. Tomaos tiempo para vosotros solos, luego os apetecerá más estar juntos. Si tenéis niños, ocupaos de ellos por turnos para que podáis descansar.
- Comunícate. Aprovecha las vacaciones para hablar más. Aunque discutáis, hay que hablarlo todo, al final siempre se encuentran soluciones.
- No seas estricta. Ten sentido del humor, desdramatiza las posibles incidencias que puedan ocurrir. Distiende el clima, y sobre todo, huye de los victimismos.
- Salid del aburrimiento. Cambia totalmente tu actitud, no te acomodes: proponle excursiones, actividades, cosas diferentes, haz excesos… Y si ves que ni eso basta para despertar la chispa, proponle pasar las vacaciones por separado para que os echéis de menos y volváis a sentir el gusanillo de los celos.
- Echad el cierre. Si él te dice que necesita vacaciones con sus amigos, y tú que tal vez las vacaciones tengan que ser solo de chicas. Si en realidad lo que queréis es disfrutar de los amigos, romper con la rutina…, «y ver si cae algo»…, sed justos y finalizad vuestra relación, o al menos sed sinceros para que el otro pueda saber qué puede esperar.
- Buscad ayuda. Si esto ya no tiene por dónde cogerlo, y el esfuerzo pesa más que la pasión…, buscad ayuda profesional para volver a ser felices. Ambos os lo merecéis, pero parece ser que juntos ya no podéis.
Julia Rodríguez Psicología
653 93 40 50
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