Hola a todas y todos.
Llega el verano y los niños disponen de mucha tiempo libre, que es difícilmente compatible con el tiempo de vacaciones que tienes sus padres y aquí surgen la gran pregunta ¿Qué hacemos con los hijos durante el verano?
«El tiempo libre infantil resulta problemático en nuestra sociedad. Se asume que hay que ocuparlo de alguna manera debido a incompatibilidades con el horario paterno y que hay que aprovecharlo para adquirir conocimientos. En verdad, lo que hay que procurar es que el tiempo libre sea realmente libre», comenta el pedagogo Jorge Torres Lucas.
«Los padres deberían reflexionar y plantearse cuestiones como qué proceso han seguido sus hijos durante el curso, qué contacto mantienen con ellos habitualmente y cuál es el objetivo que tienen para sus vástagos durante ese periodo desestructurado que son las vacaciones». Éste es el punto de partida que aconseja el psicólogo de la educación Juan Carlos Torre. Claro, que este especialista, a la hora de incorporar nuevos conocimientos, apuesta por métodos alternativos de aprendizaje y por desterrar la idea extendida de que bajo el Sol sólo cabe el ocio, mientras que hincar los codos sólo está permitido cuando bajan las temperaturas.
Para distintas situaciones diversos tipos de opciones, lo importante es la combinación de diversión y aprendizaje:
- Campamentos de verano, es una oportunidad de viajar descubrir lugares nuevos, potenciar las habilidades sociales, la interacción con otros iguales, y con ello la autoestima, la independencia y autonomía.
Requisitos indispensables es que sean limpios, seguros, que dispongan de personal cualificado, y que dispongan de actividades variadas;
Desarrollo y potenciación psicomotriz: los deportes, si son más pequeños manejo plastilina.
Desarrollo intelectual: todo lo que son juegos de palabras, historietas, juegos sociales, teatro, disfraces, etc.
- Campamentos urbanos, que se realizan desde muchos ayuntamientos, también es una opción, que hace que por la mañana estén en un lugar, y por otra parte que tengan una organización a lo largo del día.
- Posibilidad de irse con los abuelos: hay un disfruto mutuo y un aprendizaje de aspectos tradicionales que se viven en los pueblos, disfrutan al aire libre de actividades que es complicado realizar en las ciudades.
Consideraciones durante el verano
- Ponerse en el lugar del niño, las actividades tienen que ser divertidas.
- Cuando se haga la selección de talleres o cursos que sean del interés del chico y que tenga en cuenta sus gustos o preferencias.
- En vacaciones también hay que tener un control, hay que divertirse y aprender.
Estudio
El calor, el ruido, el desorden alimentario, las situaciones de angustia o los problemas personales se descubren como los grandes enemigos para la concentración.
La sensación de no haber hecho todo lo suficiente y los malos resultados potencian la ansiedad anticipatoria, volverá a suceder, en ocasiones debido a esto se duerme mal por la noche, y esto hace que durante el día se tenga sueño y disminuya el rendimiento.
Estos consejos pueden ayudarte…
- No te quedes solo/a en casa. Puede aumentar tu sensación de agobio. Puedes ir a la biblioteca, es un lugar que fomenta la concentración y te sentirás acompañado/a.
- Organiza tu tiempo, haz tu horario. No tienes que olvidar incluir los descansos y el ocio.
- Combate el calor para aumentar tu concentración. Mantén la habitación ventilada, intenta estudiar a primera hora de la mañana o por la noche.
- Respeta el tiempo de estudio. Acuerda con tu familia, amigos y pareja que no te interrumpan y decide las horas para quedar con ellos.
- Cuida tu alimentación para tener un buen rendimiento y funcionamiento de tu memoria. Dieta equilibrada, tres comidas diarias e hidrátate (1.5 ó 2 litros de agua al día).
- Antes de ponerte a estudiar prepara todas las cosas que preveas necesarias, así no tendrás que levantarte constantemente. Pero procura tener sólo lo que necesitas para el estudio; evita las distracciones.
- Empieza a trabajar por las áreas que consideres de dificultad media, sigue con las difíciles y acaba por las fáciles. Comienza a estudiar con un vistazo general de los temas para tener una idea de lo que tienes que estudiar.
- Descansa, relájate, oye música cuando lo necesites, no esperes a que el cansancio se convierta en agotamiento. Pero no estudies con música, divides tu atención.
- Ponte cómodo/a para estudiar, postura relajada, ropa floja y cómoda, buena luz.
- Dedica al menos 3 horas al día con sus descansos, es mejor que darse grandes palizas, y siempre en el mismo momento del día.
Estos estudiantes ven los meses de verano como un túnel oscuro que deben atravesar antes de llegar a la meta. Sin embargo, no tiene por qué ser así. Con una buena planificación y organización, el alumno suspenso puede, además de estudiar, disfrutar de tiempo de ocio. Durante el curso, debe combinar el estudio con la asistencia a clase, pero en verano dispone de todas las horas del día para «hincar los codos».
Lo primero que debe hacer es marcarse un calendario y un horario, en función de las materias pendientes. Dedicar entre tres y cinco horas diarias a las asignaturas suspensas puede ser suficiente para aprobar en septiembre.
Otra ventaja es que conoce los errores que ha cometido durante el curso. Esto le permite ser consciente de sus puntos débiles y aplicarse más para superarlos. Tras este análisis, el alumno ha de repasar las principales técnicas y métodos de estudio, así como las estrategias fundamentales para preparar los exámenes.
Si el alumno estudió con sus apuntes y no aprobó, debe plantearse si estaban bien tomados. En verano puede aprovechar para pedir los apuntes a algún compañero que haya superado la asignatura y que, además, pueda ayudarle a organizarse mejor.
Saludos a todas y todos.
Julia Rodríguez Psicología.
653 93 40 50
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