Hace unos meses os hablaba de las distintas heridas infantiles del rechazo, el abandono, la traición, la humillación y la injusticia.
Cada persona tiene tendencias o patrones particulares según lo que ha vivido, es por ello que hoy os propongo una serie de antídotos curativos para sanar cada una de ellas.
- Para la herida del rechazo: muéstrate tal como eres, practica la autenticidad y permítete poner límites.
- Para la herida del abandono: practica la autonomía, atrévete a transitar la soledad no deseada, haz cosas sola o solo.
- Para la herida de la traición: suelta el control, déjate querer aún con la posibilidad de que puedan traicionarte.
- Para la herida de la humillación: muestra aquellas partes que menos te gustan de ti aceptándote imperfecta. En tu discurso cuéntate que puedes ser vergonzosa, insegura y que eso no dice nada negativo de ti.
- Para la herida de la injusticia: deja la queja a un lado y acepta que el mundo puede ser injusto y cruel. Suelta la rabia y el rencor para conectar con tu dolor. Permítete ser injusto de vez en cuando, desde la persona humanas que eres tú también te equivocas y eso también está bien.
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